La relación de la inflamación con el sistema inmunológico

El sistema inmunológico humano es una red fascinante y compleja de células y anticuerpos que trabajan juntos para defender el cuerpo contra invasores extraños, como bacterias, virus, parásitos y otros microbios que podrían causar enfermedades. La respuesta inflamatoria es un mecanismo de defensa innato desencadenado por el sistema inmunológico cuando detecta estímulos potencialmente dañinos. Este proceso implica una cascada de eventos iniciados por la liberación de citoquinas proinflamatorias de las células inmunes. Esto ayuda a alertar a otras células inmunitarias y desencadena su activación. La inflamación también desencadena la producción de citoquinas antiinflamatorias que sirven como un circuito de retroalimentación negativa para detener la respuesta inflamatoria una vez que ha cumplido su propósito. Este artículo analiza cómo funciona la inflamación en el sistema inmunológico humano.

¿Cómo ayuda la inflamación al sistema inmunológico?

La función principal del sistema inmunológico es defender al cuerpo contra patógenos dañinos. Sin embargo, no puede distinguir entre sustancias nocivas e inofensivas. Por tanto, responde tanto a sustancias patógenas como a no patógenas desencadenando una respuesta inflamatoria. En la mayoría de los casos, la respuesta inflamatoria es localizada y autolimitada, lo que significa que se desencadena únicamente en el sitio de la infección y no afecta al resto del cuerpo. La respuesta inflamatoria es beneficiosa porque promueve el reclutamiento de células inmunitarias en el sitio de la infección y estimula la liberación de moléculas antimicrobianas que matan a los patógenos. También provoca una reducción del flujo sanguíneo al sitio de la infección para evitar que los microbios se propaguen. Esto es lo que causa el enrojecimiento, la hinchazón y el calor asociados con la inflamación. Por lo tanto, la inflamación ayuda al sistema inmunológico a combatir las infecciones y promueve la curación al eliminar las células muertas y los desechos del lugar de la infección.

El sistema inmunológico y sus respuestas

El sistema inmunológico es una red compleja de órganos, células y moléculas químicas que trabajan juntas para defender al cuerpo contra patógenos dañinos. Nos protege de infecciones, reacciones alérgicas y enfermedades autoinmunes. También nos ayuda a combatir el cáncer y a sanar después de cirugías y otro tipo de traumatismos. Hay dos tipos principales de inmunidad: innata y adaptativa. La inmunidad innata es la primera línea de defensa contra las infecciones y no es específica. No requiere exposición previa a patógenos para desencadenar una respuesta. Las células del sistema inmunológico innato reconocen ciertas moléculas llamadas patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP, por sus siglas en inglés) que están asociadas con patógenos y desencadenan una respuesta inflamatoria sin tener que “ver” el patógeno en sí. El sistema inmunológico adaptativo responde a patógenos específicos y requiere una exposición previa para desencadenar una respuesta inmune. Es específico del patógeno y crea una inmunidad duradera contra ese patógeno específico.

Respuestas a la inflamación: mediadores y proteínas

La respuesta inflamatoria se desencadena cuando las células inmunitarias detectan estímulos patógenos como bacterias y virus. Esto desencadena la liberación de citocinas proinflamatorias de las células inmunitarias que actúan como mensajeros a otras células inmunitarias para ayudar a combatir la infección. Las citocinas son pequeñas proteínas secretadas por las células inmunitarias y actúan como moléculas de comunicación en el sistema inmunitario. Desencadenan una respuesta inflamatoria que aumenta el flujo sanguíneo al sitio de la infección, recluta células inmunes al sitio y aumenta la producción de moléculas antimicrobianas para matar patógenos. Algunas citocinas se crean como citocinas proinflamatorias y luego cambian para convertirse en citocinas antiinflamatorias. Sirven como un circuito de retroalimentación negativa que ayuda a detener la respuesta inflamatoria una vez que ha cumplido su propósito.

Inflamación aguda

La inflamación aguda ocurre cuando el sistema inmunológico responde a un estímulo patógeno. Es la primera respuesta que da el sistema inmunológico cuando se activa. La inflamación aguda es una respuesta inmediata que ocurre minutos después de estímulos patógenos como bacterias y virus, sustancias extrañas como alérgenos y otros estímulos dañinos. El sistema inmunológico responde aumentando el flujo sanguíneo y la producción de moléculas antimicrobianas en el lugar de la infección. Esto crea enrojecimiento y calor en el sitio de la infección, que es lo que normalmente asociamos con la inflamación. La inflamación aguda es beneficiosa porque permite que el sistema inmunológico responda rápidamente a las infecciones y promueva la curación. Sin embargo, la inflamación aguda a veces puede ser perjudicial porque aumenta el movimiento de los glóbulos blancos hacia el lugar de la infección. Esto hace que el sitio sea más susceptible a sufrir daños porque los glóbulos blancos producen moléculas antimicrobianas que pueden matar las células sanas del área.

Inflamación crónica

La inflamación crónica ocurre cuando el sistema inmunológico participa en una respuesta demasiado larga o demasiado fuerte. Esto puede suceder cuando el sistema inmunológico se activa por estímulos no patógenos como alérgenos o ciertos alimentos, por patógenos que son demasiado difíciles de matar o cuando hay una infección en curso que no responde a los antibióticos. Las células inmunes participan en una respuesta inflamatoria fuerte y duradera que no se detiene una vez que ha cumplido su propósito. Esto puede ser perjudicial porque puede causar demasiado daño al sitio de la infección y a los tejidos adyacentes. También puede causar daños duraderos en el sitio, provocando dolor crónico y discapacidad a largo plazo.

Resumen

La respuesta inflamatoria es una red compleja de eventos desencadenados por células inmunes para combatir los patógenos. También se activa cuando reconoce estímulos no patógenos como alérgenos, ciertos alimentos y la muerte celular normal. La inflamación ayuda al sistema inmunológico a combatir las infecciones y promueve la curación al eliminar las células muertas y los desechos del sitio de la infección. Sin embargo, la inflamación a veces puede ser perjudicial porque puede ser demasiado prolongada o demasiado fuerte. Esto puede causar demasiado daño al sitio de la infección y a los tejidos adyacentes.