El ejercicio regular reduce la inflamación en el cuerpo

La actividad física regular es una de las formas más efectivas de reducir la inflamación en el cuerpo. El ejercicio reduce el estrés y la ansiedad, reduce la presión arterial y mejora la función de los vasos sanguíneos. También promueve un metabolismo saludable y protege contra la acumulación excesiva de grasa. Reducir la inflamación mediante el ejercicio no sólo es beneficioso para la mente sino también para el cuerpo. Con un sistema inmunológico que funcione de manera óptima, usted puede responder más fácilmente a infecciones o lesiones, y la inflamación actúa como un puente que conecta la amenaza externa inicial con una respuesta defensiva posterior. En otras palabras, la inflamación regulada es un catalizador esencial para nuestros mecanismos de defensa naturales que nos permiten luchar contra invasores peligrosos de factores estresantes externos como bacterias o virus. En términos simples, cuando hace ejercicio con regularidad, reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. La actividad física regular ayuda a retardar la producción de sustancias químicas proinflamatorias producidas por el tejido adiposo y también ayuda a aumentar la producción de sustancias químicas antiinflamatorias.

¿Cómo reduce la actividad física la inflamación?

Un mecanismo de acción importante que subyace a los beneficios antiinflamatorios del ejercicio se relaciona con el metabolismo energético durante la actividad física. La principal fuente de energía durante el ejercicio se deriva del metabolismo de las grasas mediante un proceso llamado lipólisis. Además del metabolismo energético, el ejercicio también produce varias citoquinas antiinflamatorias (IL-10, IL-1ra, TGF-β, IL-6), que son responsables de reducir la inflamación. Se ha demostrado que el ejercicio regular altera los niveles de citocinas y hormonas inflamatorias, reduciendo así la inflamación y sus posibles efectos nocivos. De hecho, se ha demostrado que el ejercicio aeróbico de intensidad baja a moderada es tan eficaz para reducir la inflamación crónica de bajo grado como los medicamentos antiinflamatorios (AINE).

Quemando calorías

Otro mecanismo por el cual la actividad física reduce la inflamación se relaciona con las calorías que se queman durante el ejercicio. Mediante el entrenamiento aeróbico, puedes quemar hasta varios cientos de calorías (dependiendo de la intensidad y la duración del entrenamiento). La alta tasa metabólica que se produce durante la actividad física puede aumentar el uso de glucosa y ácidos grasos como fuentes de energía. Normalmente, la tasa de quema de grasa es baja, especialmente en personas con un alto porcentaje de grasa corporal. Se pueden utilizar dieta y ejercicio para aumentar la tasa de quema de grasa. Una alta tasa de quema de grasa da como resultado un aumento de los niveles de ácidos grasos circulantes llamados ácidos grasos libres (AGL) en el torrente sanguíneo. Al aumentar el uso de ácidos grasos libres para la producción de energía, la actividad física también puede aumentar su liberación en el torrente sanguíneo, así como la secreción de citoquinas proinflamatorias.

Produciendo endorfinas naturales

Las endorfinas son poderosos neurotransmisores que reducen el dolor y promueven la relajación. La liberación de endorfinas durante el ejercicio puede ayudarle a afrontar el estrés y la ansiedad, que son factores de riesgo de inflamación. Se ha demostrado que el ejercicio regular aumenta la liberación de endorfinas. Esta podría ser una de las razones por las que las personas que hacen ejercicio con regularidad afirman sentirse menos estresadas que las personas que no hacen ejercicio. Se cree que el aumento de los niveles de endorfinas es responsable de la reducción del dolor percibido y del aumento de la relajación que se produce después del ejercicio. La liberación de endorfinas no sólo es beneficiosa para la salud mental, sino que también ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo y mejora el sistema inmunológico.

Mejorando el nivel de condición física

El nivel de condición física se asocia con un nivel reducido de inflamación. Se ha demostrado que un alto nivel de condición física tiene un impacto positivo en el nivel de IL-6, una citocina que desempeña un papel clave en la promoción de la inflamación. Por el contrario, un nivel bajo de condición física se asocia con un nivel alto de IL-6, que se cree que está directamente relacionado con la enfermedad coronaria. El ejercicio regular aumenta el nivel de condición física. Como resultado, el nivel de IL-6 en el cuerpo disminuye. Se cree que un nivel bajo de IL-6 es un factor asociado con un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular.

Al elevar la temperatura corporal

Según la teoría térmica de la inflamación, ciertos estímulos, como los patógenos, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo. La respuesta inflamatoria sirve para contrarrestar y destruir los estímulos dañinos. Al llevar la temperatura del tejido inflamado al mismo nivel que el estímulo, se pueden reducir o eliminar los efectos nocivos. La teoría térmica de la inflamación explica el papel del ejercicio en la reducción de la inflamación. El ejercicio regular aumenta la temperatura central del cuerpo, lo que puede ayudar a reducir la inflamación. Elevar la temperatura del cuerpo es especialmente beneficioso cuando se trata de enfermedades infecciosas.

Fortaleciendo el sistema inmunológico

Se ha demostrado que el ejercicio regular aumenta la actividad de las células asesinas naturales que desempeñan un papel importante en la respuesta inmunitaria. Al aumentar la cantidad de células NK, el ejercicio puede ayudar al cuerpo a combatir mejor las infecciones y detener el desarrollo de células cancerosas. Se ha demostrado que la actividad física regular aumenta la cantidad de células NK y reduce su muerte programada (apoptosis). Además, el ejercicio puede aumentar la cantidad de citoquinas que ayudan a mejorar la función de las células NK. Esto ayuda al sistema inmunológico a responder más rápidamente a las infecciones y protegerse contra enfermedades.

Línea de fondo

Con todo, el ejercicio regular es una de las formas más fiables de reducir la inflamación en el cuerpo. Puede ayudar a reducir los síntomas asociados con enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la artritis, y también puede ayudar a prevenir que estas enfermedades se desarrollen en primer lugar. Hacer ejercicio con regularidad ayuda a controlar la inflamación y es beneficioso tanto para la mente como para el cuerpo.